Recurrencia. Los ciclos económicos son movimientos recurrentes con ritmo libre. Significa que son fluctuaciones que se repiten en el tiempo, cuya longitud es difícil de determinar con exactitud, al contrario su secuencia es muy irregular.
Los auges mayores pueden ser interrumpidos por pequeños recesos, pero es muy raro que las depresiones se interrumpan con pequeñas recuperaciones. Los auges, en cambio, rara vez duran cuatro años sin ser interrumpidos.
Tiempo. Una de las características más importantes del ciclo económico es que coinciden en el tiempo las fases de expansión y de contracción de muchas series económicas.
Las expansiones se presentan casi al mismo tiempo en muchas actividades económicas seguidas por recesos generales, contracciones y recuperaciones que se convierten en la fase de expansión del ciclo siguiente. Sin embargo, entre algunas series se observan relaciones distintas caracterizadas por retrasos y adelantos.
Amplitud o profundidad. También llamada magnitud. La amplitud de diversas series que determina la profundidad o magnitud de la fluctuación, varía considerablemente.
Uno de los casos más ilustrativos es el de los bienes duraderos y no duraderos. Los primeros fluctúan más que los segundos.
Forma. La forma del ciclo económico es ondulatoria donde se identifican cuatro elementos definitorios: expansión, auge, contracción y punto mínimo.
El ciclo económico es ondulatorio, sin embargo, adopta una forma irregular que se debe fundamentalmente a la influencia de factores accidentales y de otras fluctuaciones que se realizan simultáneamente en la economía.
Descripción y medición del ciclo económico.
Descripción del ciclo económico.
El ciclo económico se clasifica en:
Ciclos pequeños de Kitchin.
Deben su nombre a Joseph Kitchin y son fluctuaciones cíclicas con un promedio de 40 meses de duración y ciclos mayores que se forman de la suma de 2 o 3 ciclos pequeños. Generalmente los ciclos cortos ocurren como breves interrupciones de la fase de prosperidad del ciclo largo.
Ciclos grandes, comerciales o de Juglar.
Deben su nombre a Clement Juglar. La duración de estos ciclos es de 7 a 11 años.
Ciclos de construcción.
Consisten en cambios cíclicos de la inversión en construcciones residenciales y en edificios. Tienen una duración de 17 a 18 años. El ciclo de construcción puede explicarse de la siguiente forma: cuando, por ejemplo, existe una depresión en la industria de la construcción de casas, escasean los locales y, por consiguiente, las rentas son altas; éste será un estímulo para el aumento de inversiones, pero en virtud de las características propias de la industria, de que los empresarios o la mano de obra pudo haberse desplazado hacia otros sectores, la recuperación será lenta. De ésta manera habrá una expansión cuando las rentas sean favorables, expansión que a la postre creará un exceso de casas o edificios en relación con la demanda. Cuando las casas desocupadas empiezan a aumentar mas aprisa que la tasa normal, las rentas empiezan a bajar y ésta es la señal para que disminuyan las construcciones.
La influencia que tienen los ciclos de construcción sobre los ciclos económicos es de la siguiente manera:
Cuando la fase descendente del ciclo económico coincide con la depresión de las construcciones, la depresión del ciclo económico será más severa y prolongada.
Cuando la fase descendente del ciclo económico coincide con el auge de las construcciones, la depresión del ciclo económico será breve y fácil de controlar.
Cuando la fase ascendente del ciclo económico coincide con el auge de las construcciones, la fase de prosperidad del ciclo económico será larga y muy amplia.
Las ondas largas o ciclos de Kondratieff.
Esos ciclos tienen una duración de 48 a 60 años y se debe principalmente a:
Las innovaciones tecnológicas, explotación de nuevos recursos y colonización, según Schumpeter.
A las guerras y revoluciones, según Wantrup.
A las fluctuaciones de la producción de oro y movimientos de precios, según Cassel, Warren y Pearson.
B. Medición del ciclo económico.
La medición del ciclo significa aislar el fenómeno de la fluctuación estacional y de la tendencia. El residuo que se obtiene representa el ciclo económico. Aunque es posible eliminar por los procedimientos estadísticos conocidos aquellas dos fluctuaciones, se admite que el ciclo económico co0ncerva influencias irregulares derivadas de los cambios accidentales. Estos últimos no es posible eliminarlos y son los que se le dan su característica propia a cada ciclo económico.
que tal mi nombre es jose luis corona lara y pertenesco al grupo de 6 j de la escuela cetis 62 tengo 18 años
Economia
es la ciencia social que estudia las relaciones sociales que tienen que ver con los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios, entendidos estos como medios de satisfacción de necesidades humanas y resultado individual o colectivo de la sociedad. Otras doctrinas ayudan a avanzar en este estudio: la psicología y la filosofía intentan explicar cómo se determinan los objetivos, la historia registra el cambio de objetivos en el tiempo, la sociología interpreta el comportamiento humano en un contexto social y la ciencia política explica las relaciones de poder que intervienen en los procesos económicos.
sábado, 26 de febrero de 2011
¿Por qué fracasa el socialismo?
Para empezar debemos definir qué es socialismo. A pesar de que su nombre provenga de "social", algo muy inteligente por parte de quienes diseñaron la etiqueta en los siglos XVII al XX, lo que realmente implica es planificación central (socialización). Y claro, existen varios socialismos, desde el socialismo utópico, pasando por el socialismo marxista hasta llegar a su primo hermano, el nacionalsocialismo -nazi- alemán. Pero, ¿qué tienen en común estas tendencias, cuyos integrantes pasaron tanto tiempo tratando de diferenciarse entre sí? Algo fundamental: la desconfianza o desprecio por la autonomía del individuo y la insistencia en politizar y planificar centralmente las actividades de una sociedad. Y eso es lo que debe ser entendido por socialismo o socialización.
Entonces, lo que quiero señalar en este artículo es que independientemente de las aparentes buenas intenciones y argumentos de quienes nos proponen este modelo social, el socialismo fracasó y fracasará siempre que se intente.
Ética, luego economía
Mi argumentación toma prestados los descubrimientos de las mentes más grandes de las ciencias sociales, entre las cuales están Max Weber, Friedrich A. Hayek y el gran economista del siglo XX, Ludwig von Mises. Sin embargo, antes de llegar al meollo del asunto – el tema económico- no puedo pasar por alto un tema que debe siempre anteceder a cualquier análisis económico o político: la ética. Como observó el genial John Locke en el siglo XVIII, la actividad humana genera propiedad. Para empezar somos dueños de nuestro propio cuerpo, y por añadidura de los frutos obtenidos mediante su uso. Es bajo ese concepto que los liberales del siglo XIX habían formulado la gran verdad universal de que somos dueños de "nuestra vida y nuestra propiedad". Ya que nuestra supervivencia como seres humanos es inseparable de nuestras necesidades materiales, pero a la vez nuestros derechos terminan donde empiezan los del otro, la ética que emergió una y otra vez en la Historia confirma esos principios que son tan evidentes ahora. Consagrarlo en formas de gobierno competitivas o un monopolio de funciones mínimas y limitado por una constitución[1], aseguraba la convivencia social pacífica y la prosperidad relativa a los avances de ese tiempo. Nada de esto es posible si existe planificación central de la economía y otras áreas de la vida social. Puesto en otras palabras, el socialismo es por definición un modelo que actúa por encima de los derechos inalienables de los individuos, violándolos. La cooperación social voluntaria y mutuamente beneficiosa nunca requiere de imposición política de una mayoría, un dictador o un partido único.
Imposibilidad del cálculo económico en el socialismo
Una vez expuesto porqué un sistema socialista es ante todo ilegítimo, podemos pasar al plano de su funcionamiento económico, en el cual la planificación central tampoco pasa la prueba teórica e histórica. Este es el tema más importante que expondré, debido a que lastimosamente la ética poco le importa a mucha gente que se precia de ser "pragmática", pero cuando de economía y dinero se trata, todos nos sentimos implicados.
Imagine usted, estimado lector, que su negocio es un pequeño quiosco de hot-dogs. Sus hot-dogs tienen una serie de ingredientes, y además usted incurre en otros costos para obtener el producto final. La única forma dinámica, eficiente y legítima de saber si la gente quiere sus hot-dogs, es producirlos y ponerlos a la venta. Si la gente los compra, usted sabrá que el hot-dog vale más que la suma de sus partes: pan, salchicha, mostaza, cebollas, su tiempo, el gas de la cocina, la compra del quiosco, etc. En términos más precisos, el hot-dog es socialmente útil como actividad económica si la diferencia entre el precio final y los costos incurridos hace que valga la pena el esfuerzo. Eso, que sabemos a nivel individual en un negocio o actividad sin fines de lucro, es inexistente en el socialismo. Simplemente es imposible la contabilidad de costos, y si eso ocurre en una serie de industrias o la mayoría, es evidente la clase de desastre que se provoca. En ausencia de propiedad privada de los “medios de producción” y otros bienes, es imposible asignarlos a las tareas más prioritarias; su propia conservación y buen uso se ven comprometidos. Y hay que aclarar que en esto no tiene absolutamente nada que ver el carácter de los individuos que participan. Si se reúnen 10 millones de marxistas en una isla coherentemente socialista, no podrían coordinar sus actividades económicas y su supervivencia se vería comprometida casi enseguida.
Entonces, lo que quiero señalar en este artículo es que independientemente de las aparentes buenas intenciones y argumentos de quienes nos proponen este modelo social, el socialismo fracasó y fracasará siempre que se intente.
Ética, luego economía
Mi argumentación toma prestados los descubrimientos de las mentes más grandes de las ciencias sociales, entre las cuales están Max Weber, Friedrich A. Hayek y el gran economista del siglo XX, Ludwig von Mises. Sin embargo, antes de llegar al meollo del asunto – el tema económico- no puedo pasar por alto un tema que debe siempre anteceder a cualquier análisis económico o político: la ética. Como observó el genial John Locke en el siglo XVIII, la actividad humana genera propiedad. Para empezar somos dueños de nuestro propio cuerpo, y por añadidura de los frutos obtenidos mediante su uso. Es bajo ese concepto que los liberales del siglo XIX habían formulado la gran verdad universal de que somos dueños de "nuestra vida y nuestra propiedad". Ya que nuestra supervivencia como seres humanos es inseparable de nuestras necesidades materiales, pero a la vez nuestros derechos terminan donde empiezan los del otro, la ética que emergió una y otra vez en la Historia confirma esos principios que son tan evidentes ahora. Consagrarlo en formas de gobierno competitivas o un monopolio de funciones mínimas y limitado por una constitución[1], aseguraba la convivencia social pacífica y la prosperidad relativa a los avances de ese tiempo. Nada de esto es posible si existe planificación central de la economía y otras áreas de la vida social. Puesto en otras palabras, el socialismo es por definición un modelo que actúa por encima de los derechos inalienables de los individuos, violándolos. La cooperación social voluntaria y mutuamente beneficiosa nunca requiere de imposición política de una mayoría, un dictador o un partido único.
Imposibilidad del cálculo económico en el socialismo
Una vez expuesto porqué un sistema socialista es ante todo ilegítimo, podemos pasar al plano de su funcionamiento económico, en el cual la planificación central tampoco pasa la prueba teórica e histórica. Este es el tema más importante que expondré, debido a que lastimosamente la ética poco le importa a mucha gente que se precia de ser "pragmática", pero cuando de economía y dinero se trata, todos nos sentimos implicados.
Imagine usted, estimado lector, que su negocio es un pequeño quiosco de hot-dogs. Sus hot-dogs tienen una serie de ingredientes, y además usted incurre en otros costos para obtener el producto final. La única forma dinámica, eficiente y legítima de saber si la gente quiere sus hot-dogs, es producirlos y ponerlos a la venta. Si la gente los compra, usted sabrá que el hot-dog vale más que la suma de sus partes: pan, salchicha, mostaza, cebollas, su tiempo, el gas de la cocina, la compra del quiosco, etc. En términos más precisos, el hot-dog es socialmente útil como actividad económica si la diferencia entre el precio final y los costos incurridos hace que valga la pena el esfuerzo. Eso, que sabemos a nivel individual en un negocio o actividad sin fines de lucro, es inexistente en el socialismo. Simplemente es imposible la contabilidad de costos, y si eso ocurre en una serie de industrias o la mayoría, es evidente la clase de desastre que se provoca. En ausencia de propiedad privada de los “medios de producción” y otros bienes, es imposible asignarlos a las tareas más prioritarias; su propia conservación y buen uso se ven comprometidos. Y hay que aclarar que en esto no tiene absolutamente nada que ver el carácter de los individuos que participan. Si se reúnen 10 millones de marxistas en una isla coherentemente socialista, no podrían coordinar sus actividades económicas y su supervivencia se vería comprometida casi enseguida.
caracteristicas de las necesidades
En el marketing y los recursos humanos, una necesidad para una persona es una sensación de carencia unida al deseo de satisfacerla. Por ejemplo, la sed, el hambre y el frío son sensaciones que indican la necesidad de agua, alimento y calor, respectivamente.
"Las necesidades son la expresión de lo que un ser vivo requiere indispensablemente para su conservación y desarrollo. En psicología la necesidad es el sentimiento ligado a la vivencia de una carencia, lo que se asocia al esfuerzo orientado a suprimir esta falta, a satisfacer la tendencia, a la corrección de la situación de carencia"
Un deseo es una necesidad que toma la forma de un producto, marca o empresa. Por ejemplo, si se tiene sed y se siente la necesidad de hidratarse, se desea un vaso de agua para satisfacer dicha necesidad. Las necesidades no se crean, existen. Lo que se crea o fomenta es el deseo. El papel del marketing es detectar necesidades, que puedan transformarse en oportunidades de negocio, producir satisfactores (productos y/o servicios), y despertar el deseo por dichos productos o servicios, es decir convencer al consumidor que la mejor opción para satisfacer dicha necesidad es el satisfactor desarrollado por la empresa.
Para una organización, una necesidad es aquello que precisa para cumplir o alcanzar un objetivo determinado.
"Las necesidades son la expresión de lo que un ser vivo requiere indispensablemente para su conservación y desarrollo. En psicología la necesidad es el sentimiento ligado a la vivencia de una carencia, lo que se asocia al esfuerzo orientado a suprimir esta falta, a satisfacer la tendencia, a la corrección de la situación de carencia"
Un deseo es una necesidad que toma la forma de un producto, marca o empresa. Por ejemplo, si se tiene sed y se siente la necesidad de hidratarse, se desea un vaso de agua para satisfacer dicha necesidad. Las necesidades no se crean, existen. Lo que se crea o fomenta es el deseo. El papel del marketing es detectar necesidades, que puedan transformarse en oportunidades de negocio, producir satisfactores (productos y/o servicios), y despertar el deseo por dichos productos o servicios, es decir convencer al consumidor que la mejor opción para satisfacer dicha necesidad es el satisfactor desarrollado por la empresa.
Para una organización, una necesidad es aquello que precisa para cumplir o alcanzar un objetivo determinado.
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